Xabier Segura Echezárraga

En un momento en que la Iglesia se encuentra en plena búsqueda de renovación, la reciente publicación en el 2024 del libro Del Seminario de Trento para el clero a un Seminario del Vaticano II para el Pueblo de Dios, del fallecido teólogo y sacerdote Pere Fibla, nos ofrece una lectura profundamente iluminadora. Más que una simple tesis doctoral, este texto póstumo es su testamento vital, fruto de toda una vida de reflexión, experiencia pastoral y compromiso comunitario.
Fibla realiza un recorrido histórico brillante, que comienza no en el Concilio de Trento —como sería de esperar—, sino mucho antes, en el Hogar de Nazaret, donde sitúa el modelo original de formación cristiana: la vida compartida, el discipulado cotidiano y la comunión entre iguales. Desde allí, traza un viaje por los primeros siglos de la Iglesia, pasando por la institucionalización del cristianismo y la progresiva separación entre clero y laicado.
El Concilio de Trento (1545-1563) fue un punto de inflexión. En respuesta a la Reforma protestante, estableció los seminarios clericales como espacios formativos exclusivos para el clero. Aunque necesarios en su contexto, estos consolidaron un modelo eclesial jerárquico y centralizado que marcaría durante siglos la configuración del ministerio ordenado, reforzando una separación estructural entre los ministros y el Pueblo de Dios.
La segunda parte del libro está centrada en la eclesiología del Vaticano II, especialmente en las enseñanzas de Lumen Gentium y Gaudium et Spes. Desde esta visión, Fibla plantea una pregunta clave:
¿Es posible pensar el seminario no como un lugar de formación exclusiva para el clero, sino como un espacio de formación compartida para todo el Pueblo de Dios?
Desde esta lógica, propone superar el modelo tridentino y soñar con seminarios más abiertos, comunitarios y corresponsables. No se trata simplemente de modernizar estructuras, sino de cambiar la mentalidad: formar no “funcionarios sagrados”, sino servidores de la comunión y la misión.
Una de las aportaciones más originales del libro es la presentación del Seminario del Pueblo de Dios, una comunidad nacida en Cataluña como experiencia concreta de formación eclesial para laicos y clérigos, inspirada en el Vaticano II. Fibla, junto con otros miembros, vivió profundamente esta experiencia durante décadas, y la recoge como caso práctico de su propuesta. Aunque disuelto en 2017, el legado del SPD sigue vivo como semilla fecunda que apunta a nuevas formas de ser Iglesia, con formación continua, sinodalidad vivida y espiritualidad compartida.
Un estilo accesible, una propuesta valiente. El texto combina historia, teología y testimonio personal con un estilo claro, dirigido tanto a especialistas como a agentes pastorales y creyentes comprometidos. La obra evita caer en nostalgias del pasado o propuestas abstractas, y plantea una alternativa realista y con fundamentos sólidos, en plena sintonía con el magisterio del papa Francisco.
Conclusión
El texto de Pere Fibla se sitúa en un punto neurálgico del debate actual: la formación cristiana y del clero en un tiempo en que la Iglesia busca dejar atrás el clericalismo y avanzar hacia un modelo de sinodalidad.
Su lectura ofrece claves para entender por qué la crisis de los seminarios no es un mero problema vocacional, sino un síntoma de un cambio eclesial más profundo, con implicaciones eclesiológicas y antropológicas.
Del Seminario de Trento para el clero a un Seminario del Vaticano II para el Pueblo de Dios es una obra necesaria y profética. Pere Fibla no solo escribe una excelente historia de la formación cristiana; sobre todo, ofrece una hoja de ruta teológicamente sólida para el futuro.
La obra invita a superar inercias históricas y a imaginar seminarios que respondan al espíritu del Vaticano II: formar ministros al servicio de un pueblo de Dios corresponsable y misionero. Por su combinación de rigor, claridad y pertinencia, este libro se convierte en una referencia inspiradora para quienes quieran reflexionar sobre el futuro de la Iglesia, eludiendo la tentación de añorar tiempos pasados y desconfiando de nuevos clericalismos.
Una obra de gran interés para cualquier persona que sueñe con una Iglesia más fiel al Evangelio y al espíritu del Vaticano II, donde la formación sea, como en Nazaret, una tarea de toda la Iglesia, que quiere caminar al lado de Jesús, como una verdadera familia de Dios en medio de los hombres.
El libro se puede conseguir en este enlace: https://www.mentalitatnova.org/ca/botiga/

Mn. Pere Fibla, primero a la derecha, con el arzobispo de Tarragona Jaume Pujol y un grupo de voluntarios de una ONG alemana que trabajaron en la reconstrucción del monasterio de la Serra de Montblanc en el año 2016.
